EL OTRO LADO DE LAS COSAS
Por Lucio Bobadilla
CARLOS ARNALDO ESPINOLA: ARTESANO DE LA COMUNICACIÓN.
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Y cuales son las herramientas de un artista de este genero? podrán preguntarse algunos . Pues en primer lugar su vocación, su capacidad innata para desarrollarse en este campo, primero como persona, y luego respondiendo al desafío cotidiano de la tarea, el sentimiento de necesidad de superarse en cada entrega de la actividad elegida. En el caso particular de este amigo que nos dejó tan abruptamente, su primera formación transcurrió en sus años de seminarista, abandonando luego esta inquietud, la vida lo ubico en el ámbito judicial, donde sus largos años de trabajo alimentaron su preparación cultural, la que aplicò en el desarrollo de su vocación periodística en el mundo de la noticia, su pasión, su entrega, su sacrificio, e ironía del destino, el lugar en donde le sorprendió la muerte. No puedo dejar de lado al Carlos artista, extraordinario cantante aunque no insistió mucho en este genero, que indudablemente lo tomo como un entretenimiento al que también se entregò con pasión. Todo lo hacìa con el acelerador a fondo, con decisión, con conducta, con convicción. Guardo alguna grabación de una que otra actuación en el Cine Teatro Victoria ( historias del pasado de Clorinda) en algún evento cultural que lo tuvo a èl y sus amigos de la orquesta como participantes. Pero el titulo de esta nota, me pone en la grata obligación de contarles como transcurría el apasionado trabajo de Carlos en el ámbito de las noticias, uno de los porque de su apasionada existencia. En los medios que lo tuvieron como laburante artesanal de las noticias, hacia de todo, camarógrafo, cronista, conductor, y por supuesto cualquier otra actividad que requiriera la conformación total de la noticia, chofer o ayudante de su propia cámara. Asì transcurrió su vida en mas de diez años en el Canal 10 de la Cooperativa, donde llegaba a veces sobre la hora de impecable traje y corbata, agitado por la premura del tiempo en que debía poner el aire las noticias que el mismo producía, con la ayuda inestimable de colegas que le hacían de cronistas, buscadores de todo tipo de información, que èl, muchas veces , o la mayoría de ellas, sin edición alguna, lo transformaba en un panorama de noticias de aquí y de alla, con entrevistados que llegaban de improviso al Canal, o invitados por èl, y que le ayudaban a que transcurriera el tiempo que contrataba de una hora de noticias. Jorge Arevalos y Ruben Godoy, dos colegas que trabajaron muy cerca de èl mucho tiempo, pueden sumar muchas anécdotas al trabajo diario de Carlos. Impulsivo, acelerado, apasionado por su tarea y por sus anunciantes, que le permitían contratar su espacio televisivo. Cuando el formato televisivo del Canal 10 asumio otras exigencias, el amigo emigrò al colega Canal Regional, donde ni corto ni perezoso encarò nuevamente su propio desafío al que le sumo el adorno de la tecnología, ya que se lo podía ver via internet a través de los celulares. Su indiscutible faceta de padre amoroso, celoso del amor de sus hijos, y particularmente de quien mas necesitaba de èl, su hija MARIANA a quien le dio todo su esfuerzo, su tiempo, y su vida. Esta pretende ser una pintura muy superficial del “Carlitos” que nos dejó y a quien acompañaron hasta su morada final tantos amigos. Claro que la imagen que nos deja, no es solo la televisiva que conocíamos de èl , es fundamentalmente del amigo que en cualquier circunstancia de un encuentro casual, nos brindaba su particular forma de ser, y siempre, su “Que Dios te bendiga” desde el fondo de su alma de profunda fè, a la que se entregò siempre, y la que le sostuvo en los avatares de la vida, que no fueron pocos, hasta el momento final. Su encuentro en ese mundo de fè que abrazamos los Cristianos, con Octaviano, su hermano menor, con Josè Santillan, su sobrino, con sus queridos padres, son el consuelo que deja, a quienes le sobreviven, una familia a la que me unen afectos de antaño, particularmente a su hermana mayor, la querida Doña Angelina con su enriquecida vida encima , no exenta de dolores y sufrimientos, quien desde la nobleza de su corazón, siente, y presiente aunque no le digan, que algunos de la familia ya no están, pero que desde el otro lado de las cosas, le envían claros mensajes de amor y consuelo cristiano.-
CARLOS ARNALDO ESPINOLA: ARTESANO DE LA COMUNICACIÓN.
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Y cuales son las herramientas de un artista de este genero? podrán preguntarse algunos . Pues en primer lugar su vocación, su capacidad innata para desarrollarse en este campo, primero como persona, y luego respondiendo al desafío cotidiano de la tarea, el sentimiento de necesidad de superarse en cada entrega de la actividad elegida. En el caso particular de este amigo que nos dejó tan abruptamente, su primera formación transcurrió en sus años de seminarista, abandonando luego esta inquietud, la vida lo ubico en el ámbito judicial, donde sus largos años de trabajo alimentaron su preparación cultural, la que aplicò en el desarrollo de su vocación periodística en el mundo de la noticia, su pasión, su entrega, su sacrificio, e ironía del destino, el lugar en donde le sorprendió la muerte. No puedo dejar de lado al Carlos artista, extraordinario cantante aunque no insistió mucho en este genero, que indudablemente lo tomo como un entretenimiento al que también se entregò con pasión. Todo lo hacìa con el acelerador a fondo, con decisión, con conducta, con convicción. Guardo alguna grabación de una que otra actuación en el Cine Teatro Victoria ( historias del pasado de Clorinda) en algún evento cultural que lo tuvo a èl y sus amigos de la orquesta como participantes. Pero el titulo de esta nota, me pone en la grata obligación de contarles como transcurría el apasionado trabajo de Carlos en el ámbito de las noticias, uno de los porque de su apasionada existencia. En los medios que lo tuvieron como laburante artesanal de las noticias, hacia de todo, camarógrafo, cronista, conductor, y por supuesto cualquier otra actividad que requiriera la conformación total de la noticia, chofer o ayudante de su propia cámara. Asì transcurrió su vida en mas de diez años en el Canal 10 de la Cooperativa, donde llegaba a veces sobre la hora de impecable traje y corbata, agitado por la premura del tiempo en que debía poner el aire las noticias que el mismo producía, con la ayuda inestimable de colegas que le hacían de cronistas, buscadores de todo tipo de información, que èl, muchas veces , o la mayoría de ellas, sin edición alguna, lo transformaba en un panorama de noticias de aquí y de alla, con entrevistados que llegaban de improviso al Canal, o invitados por èl, y que le ayudaban a que transcurriera el tiempo que contrataba de una hora de noticias. Jorge Arevalos y Ruben Godoy, dos colegas que trabajaron muy cerca de èl mucho tiempo, pueden sumar muchas anécdotas al trabajo diario de Carlos. Impulsivo, acelerado, apasionado por su tarea y por sus anunciantes, que le permitían contratar su espacio televisivo. Cuando el formato televisivo del Canal 10 asumio otras exigencias, el amigo emigrò al colega Canal Regional, donde ni corto ni perezoso encarò nuevamente su propio desafío al que le sumo el adorno de la tecnología, ya que se lo podía ver via internet a través de los celulares. Su indiscutible faceta de padre amoroso, celoso del amor de sus hijos, y particularmente de quien mas necesitaba de èl, su hija MARIANA a quien le dio todo su esfuerzo, su tiempo, y su vida. Esta pretende ser una pintura muy superficial del “Carlitos” que nos dejó y a quien acompañaron hasta su morada final tantos amigos. Claro que la imagen que nos deja, no es solo la televisiva que conocíamos de èl , es fundamentalmente del amigo que en cualquier circunstancia de un encuentro casual, nos brindaba su particular forma de ser, y siempre, su “Que Dios te bendiga” desde el fondo de su alma de profunda fè, a la que se entregò siempre, y la que le sostuvo en los avatares de la vida, que no fueron pocos, hasta el momento final. Su encuentro en ese mundo de fè que abrazamos los Cristianos, con Octaviano, su hermano menor, con Josè Santillan, su sobrino, con sus queridos padres, son el consuelo que deja, a quienes le sobreviven, una familia a la que me unen afectos de antaño, particularmente a su hermana mayor, la querida Doña Angelina con su enriquecida vida encima , no exenta de dolores y sufrimientos, quien desde la nobleza de su corazón, siente, y presiente aunque no le digan, que algunos de la familia ya no están, pero que desde el otro lado de las cosas, le envían claros mensajes de amor y consuelo cristiano.-
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