PEYRO PEGÓ EL PORTAZO AL RADICALISMO LEVANTANDO POLVAREDA DE IMPUTACIONES

El destacado dirigente del radicalismo formoseño, el ex diputado Armando Peyro pego el portazo y se alejo del partido. Pero no lo hizo en silencio, sino que levantando mucha polvareda harto de la segregación y los manejos despóticos que viene padeciendo a partir de conductas repelentes de gente como el ministro Ricardo Buryaile y el senador Luis Naidenoff, que se erigen como los cerebros de la UCR.

Y así lo dejo concluyentemente expuesto en el escrito de renuncia con carácter de indeclinable al cargo en la conducción partidaria que ostentaba hasta ahora, la cual dejo azorado al destinatario: el presidente del comité provincial radical, Juan Carlos Amarilla, receptor de tremendo cachetazo y quedar desairado por enarbolar repetida y públicamente su conducta de apóstol de la conjunción democrática partidaria.

“Desde que fuimos proclamados jamás fui convocado a una reunión ordinaria de la comisión”, reprocho Peyro, y no es para menos, ya transcurrió más de un año de la investidura.

También reprobó diciendo: “No se me dio participación de las giras al interior donde se puso en posesión a autoridades distritales, no obstante que hubiese podido recibir en tal circunstancia inquietudes inherentes a mi función dentro de la comisión directiva u otras inquietudes propias de cada localidad, lo cual me hace concluir que mi presencia es innecesaria”.

Advirtió al fundamentar su renuncia al cargo partidario, que “no encontré una actitud aperturista que permita discutir los grandes problemas que aquejan a nuestra provincia y a nuestro partido (UCR) en particular. Por el contrario, se percibe que solo hay una preocupación que no es otra cosa que las candidaturas en las próximas elecciones, sin importar el pensamiento de los demás dirigentes o afiliados, además de no dar participación a las jóvenes generaciones que vienen avanzando”.

Fustigo que no exista una “estrategia partidaria que nos permita ganar en las próximas elecciones parlamentarias, y ser una opción de gobierno en el tiempo”, incluso alude al riesgo de disminuir la representatividad, algo que deja claro no quiere ser corresponsable.

Expuso que sus muchos años de lucha y militancia partidaria hace que no pueda mantenerse indiferente ante todo el cuadro de situación expuesto, para dejar en claro que jamás compartirá con quienes conducen el partido que “los intereses personales estén por sobre los intereses generales”.

Concluye renunciando de manera indeclinable al cargo partidario que ocupaba, para dejar en claro que “seguiré militando con la misma fuerza y compromiso de siempre”.