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Histórico fallo contra Habré: primera cadena perpetua a un dictador africano

EL EX DICTADOR DE CHAD FUE CONDENADO ESTE LUNES A CADENA PERPETUA Y A LA CONFISCACIÓN DE TODOS SUS BIENES POR CRÍMENES CONTRA LA HUMANIDAD, TORTURAS, VIOLACIÓN Y ESCLAVITUD SEXUAL DURANTE SU MANDATO (1982-1990), EN UNA HISTÓRICA SENTENCIA SIN PRECEDENTES.
El veredicto, que puede ser recurrido en los próximos 15 días, fue dictado por un tribunal especial creado por la Unión Africana (UA) en Dakar, capital de Senegal, para juzgarlo a instancia de sobrevivientes de la dictadura de Habré, que se estima asesinó a más de 40.000 personas y torturó a más de 200.000.Hissène Habré: foto de archivo, julio 2015
Hissène Habré: foto de archivo, julio 2015
El fallo contra Hissène Habré, apodado "El Pinochet africano", por su brutalidad y por ser juzgado en aplicación de la justicia universal -tal como el dictador chileno Augusto Pinochet en el Reino Unido- fue recibido entre aplausos y gritos de alegría de las víctimas presentes en la sala.
Tras una sentencia que da por finalizado un proceso histórico que comenzó el 20 de julio pasado, y al igual que ocurriera el primer día del juicio, Habré, de 73 años, rompió su silencio para lanzar gritos contra el neocolonialismo.
El ex dictador, un ex aliado de Occidente durante la Guerra Fría, estuvo presente en todas las sesiones del juicio.
Salvo el primer día, en el que intentó boicotear la sesión gritando contra el “neocolonialismo” y acusando a quienes le juzgaban de ser unos traidores y “agentes del imperialismo”, Habré permaneció el resto del juicio en silencio cubierto con un turbante blanco y luciendo unas gafas de sol.
El ex dictador chadiano también recibió aplausos de apoyo de sus seguidores, a quienes respondió levantando las manos en signo de victoria antes de salir custodiado por sus guardias.
Por primera vez un mandatario africano ha sido juzgado en el continente por jueces africanos en aplicación del principio de justicia universal y gracias a la perseverancia de sus víctimas, que lograron sentarlo en el banquillo un cuarto de siglo después de que cometiera los crímenes por los que ha sido condenado.
Los jueces declararon a Habré culpable de "crímenes contra la humanidad, de violaciones, de secuestros y de torturas", pero lo exculparon de las acusaciones de crímenes de guerra.
Según expone la sentencia, Habré, siendo jefe del Estado, jefe de las Fuerzas Armadas y de la Guardia Presidencial de Chad, creó y controló un sistema para llevar a cabo una amplia campaña de represión que causó miles de víctimas, informó la agencia de noticias EFE.
"Luego de años de lucha y de muchos reveses en el camino a la Justicia, este veredicto es tan histórico como costoso fue conseguirlo", destacó el Alto Comisionado de la ONU para los Derechos Humanos, Zeid Ra'ad Al Hussein.
El abogado y ex juez de la Audiencia Nacional Baltasar Garzón, impulsor de la doctrina de la aplicación de la justicia universal, destacó en Dakar que la condena a cadena perpetua impuesta a Habré "es un fallo histórico para las víctimas, para África y para el mundo".
En tanto, el secretario de Estado norteamericano, John Kerry, calificó la condena contra Habré como "un hito en la lucha mundial contra la impunidad de las atrocidades, incluidos crímenes de guerra y contra la humanidad".
"Sin la persistencia de sus acusadores y su demanda de justicia, Habré quizá nunca se hubiera enfrentado a un tribunal", destacó Kerry en un comunicado.
“Esta condena representa una inmensa victoria para las víctimas chadianas”, aseguró Reed Brody, abogado de Human Rights Watch (HRW). La sentencia "envía un poderoso mensaje: la época en la que los tiranos podían maltratar a su pueblo, saquear las riquezas de su país y luego huir al extranjero para beneficiarse de una vida de lujos ha llegado a su fin”, agregó.
Por su parte, Amnistía Internacional (AI) calificó este lunes de "histórica" la condena contra el dictador chadiano y destacó en un comunicado que supone un momento importante para la justicia internacional y un gran alivio para las decenas de miles de víctimas de la represión, que han esperado más de 25 años para que se hiciera Justicia.
Hissène Habré gobernó Chad con mano de hierro entre 1982 y 1990, tiempo durante el cual su régimen torturó a decenas de miles de personas y asesinó o dejó morir en los distintos centros de detención.
Se trataba tanto de militantes de la oposición como de miembros de las etnias Hadjarai y Zaghawa que fueron acusados de conspirar contra la seguridad del Estado, así como población civil del sur del país.
Todo ello se realizó en un contexto de sublevaciones armadas y guerra contra el expansionismo libio de la época en la que Habré contó con el decidido apoyo de potencias occidentales, como Francia y Estados Unidos, que hicieron la vista gorda en materia de derechos humanos.
Durante el juicio quedó probada la existencia de una maquinaria de represión cruel e inhumana que sometía a las más variadas torturas a las personas detenidas, todo ello bajo la coordinación del jefe supremo, el propio Habré, a quien una víctima, Khadija Hassane Zidane, llegó a señalar como autor directo de su propia violación.
La existencia de numerosos actos de violencia contra las mujeres que las convertía en esclavas sexuales en manos de oficiales del Ejército también quedó en evidencia a partir del testimonio de numerosas víctimas durante el juicio.
Tras su derrocamiento, en 1990, el dictador huyó del país con todo el dinero que pudo llevarse de los bancos y se instaló en Senegal, donde contó con la protección del régimen de Abdou Diouf.
Sin embargo, las víctimas encabezadas por Souleyman Guengueng comenzaron a organizarse y, con la ayuda de organismos internacionales de Derechos Humanos como HRW y AI, lograron iniciar un proceso judicial lleno de retrocesos y avances que ahora concluye.
Tanto este lunes como durante todos los días que ha durado el juicio, Clement Abeifouta Guengueng, actual presidente de la asociación de víctimas, y otros supervivientes de esta represión estuvieron presentes. Este lunes rompieron en aplausos, emocionados.
Si no recurre la sentencia o su apelación no prospera, Habré podría pasar el resto de su vida en una unidad especial de la cárcel de Cap Manuel en la capital senegalesa, la misma ciudad donde se refugió en 1990 tras su derrocamiento por una rebelión encabezada por Idris Deby Itno, actual mandatario chadiano.

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