Roban más de 120 netbooks de un colegio de Ingeniero Juárez

Los vecinos de la localidad destacan que la irrupción del alcohol y las drogas han hecho detonar los niveles de violencia en varios sectores de jóvenes y hasta en algunos casos de niñosLos vecinos de la localidad destacan que la irrupción del alcohol y las drogas han hecho detonar los niveles de violencia en varios sectores de jóvenes y hasta en algunos casos de niñosEn la madrugada del jueves los directivos de la EPES Nº 3 del Barrio Obrero de la mencionada localidad se encontraron con la desagradable noticia de que les habían sustraído más de 120 netbooks que estaban en la sala de informática de la institución educativa.

El caso no es aislado y por ello en la localidad existe una marcada preocupación de los vecinos debido al aumento en los hechos delictivos que en la región se suceden. La polémica crece con la opinión de muchos de ellos que destacan que la irrupción del alcohol y las drogas han hecho detonar los niveles de violencia en varios sectores de jóvenes y hasta en algunos casos niños que no alcanzan los 12 años de edad.

Así lo manifestó en diálogo con Radio Uno y El Comercial el Secretario Docente del establecimiento, Profesor Osvaldo Elvaz, quien informó que “ya este es el enésimo robo que sufrimos, y lo peor es que seguro quienes nos robaron son de la zona nomás. Hace poco nos robaron una garrafa que era la que utilizábamos para cocinarle a los chicos”.

“Nos avisaron que entraron en el área de informática llevándose 120 maquinas que están para ser reparadas. Unas 50 estaban listas para ser entregadas a los alumnos ya y no sabemos cómo vamos a explicarles lo que pasó cuando vengan a buscarla”, dijo.
Según los hechos, los malvivientes violentaron una puerta grande que tiene una malla de hierro, haciendo saltar la guía. “Parece que no son muy grandes ellos porque pudieron pasar, hay alarma que sonó pero como no tiene conexión con la policía, los ladrones pudieron actuar tranquilos”, dieron detalles otros miembros del establecimiento mencionado.

El Secretario Docente destacó que “este no es primer robo que sufrimos y en otras oportunidades gracias a la gestión personal de la Directora de la Escuela, la señora Lía Cot, se pudo recuperar muchas de las máquinas, pero esta situación cansa; tenemos alarma en la escuela pero no tiene conexión con la policía y tampoco hay sereno”, contó el docente, quien detalló que realizaron varias denuncias por los permanentes robos padecidos: “Ya perdí la cuenta de la cantidad de robos. Hay una demanda alta de esas máquinas, los ladrones las venden en $200 cuando en el mercado legal sale 400 dólares y es dinero que le cuesta a nuestro gobierno”, declaró el entrevistado que declaró que las maquinas fueron robadas justamente con sus cargadores de energía, hecho que hace pensar que se buscaría su reventa en el mercado negro.

“Tenemos más de 750 alumnos con mayoría de aborígenes. Deben ser ladrones que viven en barrios aledaños. El domingo nos robaron las garrafas y nos quedamos sin gas para cocinar. El tubo sale $1000 y no tenemos para comprar”, dijo.

“Es probable que los ladrones tengan a sus hijos viniendo a asistir acá. En los últimos meses no se encontraron a los ladrones. También se robaron platos cubiertos y cada vez es más complejo que los chicos puedan comer, hacemos eventos para poder cubrir los gastos pero es difícil”, declaró.
“Lo que pasa en los últimos cuatro años es una cosa de locos. En este es lo peor, es mucho el daño que hacen y el problema debe ser social”, dijo mientras comentaba también que si bien hay presencia policial, “los efectivos hacen lo que pueden”.

“Ya no dormimos por el miedo”

Un vecino de la escuela robada, quien por obvias razones no quiso dar su nombre, contó a este medio que vio todo lo que sucedió en la noche del robo. “Los jóvenes se juntaron en inmediaciones de la escuela y ahí fuman marihuana y paco, el paco se ha metido mucho en esta ciudad”.
Así como el plantel docente, este vecino se quejó de que “de un tiempo a esta parte, Juárez ha cambiado mucho y para mal, la delincuencia y el nivel de violencia ha crecido mucho y la gente tiene miedo, mucho miedo”, indicó.

“Yo vi el momento en que estos ladrones se juntaban, ellos siempre apuntan a lo material, y lo que no se puede llevar, lo rompen. Todos los días se reúnen allí en la esquina de la escuela. Fuman paco, hay muchos chicos que hacen deporte pero este grupo de ladrones son unos 30 y tienen una edad de 8 y 16 años”, expresó y añadió que todos los días ingresan a la escuela robada.

“En el barrio andan todo el tiempo y entran en donde no hay perros, roban y rompen puertas” dijo y agregó que “muchas veces llamé a la policía pero ya no voy a llamar más. Me dijeron que no hay solución porque son intocables”, lamentando al mismo tiempo la imposibilidad de las autoridades policiales para dar una respuesta a los vecinos.
“Los padres no se hacen cargo de estos delincuentes. Creo que ellos mismos tienen miedo. El Paco se está haciendo habitual como ya lo es la marihuana, hay gente sospechosa que entra al barrio con mochilas, la policía tiene conocimiento pero no pueden hacer nada porque siempre están en desventajas”, detalló.
“En varios barrios somos muchos los vecinos que estamos despiertos toda la noche hace tres semanas. Agarraron esa manía de entrar con todos lados, hay vecinos que se defendieron, con palos y armas. La última vez dijeron que la policía baleó a un delincuente y es mentira, porque era un vecino que se defendía en su propio hogar. Si nosotros nos defendemos con cualquier cosa, vamos presos”, declaró.

La policía y los menores

El Comisario Inspector Víctor Tellez, de la Secretaría General de la Policía, comentó durante la mañana que la fuerza se encontraba avocada a la investigación del hecho, al tiempo que aseguró que los primeros indicios serios del tema daban cuenta que las máquinas estaban en la casa de los vecinos” del barrio aborigen.
Ahí es donde se puso en juego estas dos cuestiones: los menores que delinquen a lo sumo son demorados y luego entregados a sus padres, después una condición que para algunos “modifica” el trato que se tiene para con ellos, el hecho de que sean aborígenes. “La mayoría de los involucrados son menores, por eso lo más que se puede hacer es secuestrar los elementos encontrados, y labrar las actas”, dijo el Comisario Inspector Tellez.

“La mayoría son menores, como no pueden permanecer en dependencia policial, se llama a los padres para que se hagan cargos. Vimos casos en que la Policia tomó intervención y es denunciada por malos tratos y hay sumarios”, dijo.

“Se actúa como corresponde, siempre se actuó ante un hecho delictivo. Si es necesario retener a un menor se lo retiene pero se toman los recaudos necesarios porque sale perjudicado el personal policial”, indicó.

Los vecinos denuncian que el alcohol y la droga son los principales factores que han recrudecido la situación de violencia en la localidad. En tanto, Tellez desmintió que el paco haya entrado a la provincia y mucho menos en las comunidades aborígenes; “la gente no diferencia marihuana de paco o cocaína, y no son lo mismo”, explicó.

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