CLORINDA: Isla Pe: en Clorinda se encuentra uno de las mayores productores de pacú del país

Con una producción anual que ronda las 30 toneladas
La acuicultura gana reconocimiento en los últimos diez años como una actividad económicamente rentable. Por el mundo y también en la Argentina.
Isla Pe: en Clorinda se encuentra uno de  las mayores productores de pacú del país
¿Por qué los cultivos acuícolas son considerados importantes? Por su directa relación con la seguridad alimentaria humana. El crecimiento poblacional indica la necesidad de contar con una mayor cantidad de alimento de alto contenido proteico para el planeta que aumentará su población en 3.000 millones, pasando de los actuales 5.000 a 8.000 millones de habitantes para el 2025.
La acuicultura, como productora de alimentos altamente proteicos aporta actualmente 46 millones de toneladas en productos de origen marino y de agua dulce en el mundo, que seguro se irán aumentando debido a la acentuada disminución de los recursos pesqueros naturales.
La especie que pisa fuerte en este tipo de emprendimientos en la Argentina, aunque bastante lejos de la trucha arcoiris, es el pacú (Piaractus mesopotamicus), un pez muy buscado por sus virtudes nutricionales y por el sabor y la calidad de su carne.
A medida que en las pesquerías se acentuaba la disminución del pacú por varios factores (aguas contaminadas, represas hidroeléctricas que modificaron los lechos de los ríos, etcétera), se encararon estudios sobre su biología, especialmente en cuanto a su reproducción y hábitos alimentarios, para lograr su cultivo en cautiverio. A esta movida, se sumó nuestro país a partir de la década del 90.
Misiones, Formosa, Corrientes, Chaco, Santa Fe y Salta, son hoy las provincias que están encarando este cultivo, con diferentes grados de desarrollo y planificación. En esas provincias, las producciones pueden abarcar desde una hectárea hasta 150 hectáreas y con proyecciones de mayor tonelaje. Los piscicultores son alrededor de 500.
 Desarrollo
 La producción estimada en el país es de unas 400 toneladas anuales. En los últimos años, para agregar valor al producto se desarrollaron hamburguesas con recortes de fileteado, y otra tecnología obtenida es el ahumado artesanal de pacú en frío. Actualmente está en desarrollo el paté ahumado de pacú.
También, en una década se realizaron diversos estudios (como los del Cenadac, Centro Nacional de Desarrollo Acuícola, dependiente de la Dirección Nacional de Acuicultura de la SAGPyA) para la formulación de nuevas raciones alimentarias para la dieta de los pacú en cautiverio con el objetivo de mejorar los costos operativos, disminuyendo la harina de pescado, el insumo más caro.
En tres años de estudio, se ajustó el uso de harina de pescado a 8-12 % en fase de pre-engorde y 0% en engorde, y se desarrollaron fórmulas con insumos alternativos (harina de pluma, de algodón, de sangre y soja en mayor cantidad).
Los resultados fueron exitosos y sirvieron para disminuir los costos operacionales. Además, se obtuvo mejor crecimiento, menor pérdida en alimento y mejores rindes en conversión de alimento a carne, respecto de datos anteriores, con sobrevivencias del 100 %.
 Tiempo de pacú
 Uno de los emprendimientos que se destaca en este negocio argentino de 400 toneladas anuales de producción y más de un millón de dólares, es Isla Pe (Isla Plana, en guaraní), en Clorinda.
En Formosa, hay un total de 200 hectáreas inmersas en la producción de pacú, Isla Pe tiene 50. Allí reúne un laboratorio, una zona para la reproducción, otra para la recría y una tercera para el engorde.
En Isla Pe hacen el circuito completo: “reproducción, recría, venta de alevines/juveniles a otros productores con el objetivo de abastecer al norte argentino, frigorífico, desarrollos para incentivar el consumo interno (como degustaciones, nuevos productos, etcétera), y comercialización de nuestra producción con valor agregado”, comentó Néstor Gromenida, titular del establecimiento acuícola.
Tiene en carpeta llegar a Paraguay con alevines/juveniles, aunque por ahora el país limítrofe está más ligado a Brasil en su abastecimiento. Además, para lograrlo van camino a habilitar su establecimiento para la exportación.
En Isla Pe empezaron hace 10 años en esta actividad y pasaron por varias etapas. Hoy, a partir del desarrollo de la tecnología específica y la inversión en infraestructura, lograron un producto que funciona muy bien en los restaurantes. “Tenemos una producción anual de pacú que ronda las 30 toneladas. Contamos con 25.000 ejemplares en engorde y los sacamos de esta etapa pesando entre 1,3/1,5 kilos. Todo el producto lo vendemos fileteado sin espinas (un corte muy aceptado) y abastecemos el mercado formoseño”, contó Gromenida. El precio para el productor ronda entre 3,75 y 4 pesos el kilo de pescado entero. El valor que paga el consumidor por el filete sin espinas va de 10 a 12 pesos el kilo.
Uno de los puntos clave en esta actividad es la alimentación de los peces. “Nosotros fabricamos nuestro propio alimento, en especial para los alevines/juveniles, para no depender de la harina de pescado que es muy costosa (aunque sí es necesaria en cierto porcentaje para esta etapa). Ocurre que en el país no se elabora alimento balanceado para peces de aguas cálidas. Utilizamos muchos insumos de origen agrícola, como la harina de soja, y cuando esta está cara apuntamos a otras fuentes proteicas. También al expeller de girasol, algodón, canola, etcétera”, dijo.
A futuro, el horizonte para el pacú en cautiverio se presenta despejado. “El mercado local está desabastecido y el consumo viene en aumento, debido a la escasez de pescados de río y de mar”, concluyó Gromenida.

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